
El municipio de Lloró, Chocó, es conocido por sus intensas lluvias, por su historia minera y gente amable. En algunos de sus habitantes todavía se observan rasgos producto del cruce genético entre afrodescendientes y extranjeros norteamericanos quienes hace varias décadas estuvieron asentados en este territorio con el fin de explotar los yacimientos mineros que abundaban en la región.
Su casco urbano está rodeado por los ríos Atrato y el Andágueda. En medio de constantes inundaciones, el pueblo lloroseño sigue creciendo, se continúa el trabajo minero y la agricultura, aunque no todos quieran dedicarse a ésto.

Es por esa razón que las mujeres en Lloró quieren montar empresa. Para algunas de ellas, el barequeo o minería artesanal no es tan llamativo en estos días debido a las intensas jornadas de trabajo y al peligro latente de quedar atrapadas en medio de un enfrentamiento entre guerrilleros del ELN y paramilitares que se disputan el territorio.
El primer paso lo dieron un grupo de 24 mujeres, quienes tomaron la decisión de participar en el taller de diseño de modas que el Ministerio de Defensa trajo a este municipio, en el marco de la campaña Semana por la Paz y la Reintegración que culminó el pasado 18 de noviembre, con el objetivo de impulsar el desarrollo social de esta población rivereña.

La encargada de dirigir el taller fue Yohana Wilchest, Diseñadora de Modas egresada de la Fundación Universitaria del Área Andina en Bogotá, quien ha acompañado el Ministerio de Defensa por el país, transmitiendo sus conocimientos a mujeres que han sido afectadas por el conflicto armado. “Me encanta lo que hago, pienso que a través de este arte estamos ayudando a mejorar la calidad de vida de estas personas, a darles una esperanza, una oportunidad de hacer algo diferente que les pueda generar un cambio en su vida”.

En total, el grupo de mujeres recibió 6 máquinas de coser y 6 fileteadoras, con las que podrán seguir trabajando y aprendiendo de este hermoso arte, además podrán motivar a otras personas a salir adelante y porque no, a prevenir el reclutamiento, promover la desmovilización y lo más importante, crecer como personas, mujeres y como región.
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