En las calles de Atrato, Yuto, un hermoso municipio, se teje una historia de resistencia, trabajo arduo y tradición. Es aquí donde se encuentran las Vivanderas de Yuto, un grupo de mujeres trabajadoras que se reúnen diariamente para ofrecer productos frescos que deleitan los paladares de las personas que transitan sus calles. Su labor no solo consiste en vender ñame, chontaduro y cocada, entre otros, sino en mantener viva una tradición ancestral que ha sido el sustento de sus familias durante décadas.
Estas mujeres; son pilares fundamentales de la comunidad, figuras respetadas y admiradas por su dedicación y determinación. A través de generaciones, han pasado de madre a hija el legado de las Vivanderas, enseñando no solo el arte de la venta, sino también los valores de la solidaridad, el esfuerzo y la perseverancia.
Detenerse en Yuto y disfrutar de los productos ofrecidos por estas mujeres no solo es una experiencia gastronómica, sino también un acto de apoyo a una tradición arraigada en lo más profundo de la cultura local. Cada bocado de ñame cocido, cada trozo de chontaduro fresco y cada cucharada de cocada nos conecta con la historia y la identidad de este lugar.
La serie fotográfica “Las Vivanderas de Yuto, una tradición con sabor”, captura la esencia de estas mujeres. A través de cada imagen, se puede sentir la energía de cada una, la calidez de una comunidad unida por lazos que van más allá de lo comercial. Las sonrisas en los rostros de las Vivanderas reflejan el orgullo de su labor y la satisfacción de poder compartir su cultura con quienes se acercan a ellas.
Pero detrás de esas sonrisas también existen historias de lucha y superación. Muchas de estas mujeres han enfrentado desafíos enormes en su camino, desde la falta de cosecha hasta las dificultades económicas. Sin embargo, su determinación y espíritu de equipo las han llevado a seguir adelante, enfrentando cada obstáculo con valentía y dignidad.
Al visitar Yuto y conocer a las Vivanderas, no solo nos deleitamos con sus productos sabrosos, sino que también nos sumergimos en una experiencia humana única. Cada compra que realizamos es una forma de contribuir al bienestar de estas mujeres y de mantener viva una tradición que forma parte del patrimonio cultural.
Las Vivanderas de Yuto nos enseñan que el verdadero valor de una comunidad no reside solo en sus monumentos o paisajes, sino en las personas que la habitan y en las historias que construyen juntas. Son ellas quienes mantienen viva la llama de la tradición, llevando consigo el sabor de generaciones pasadas hacia un futuro lleno de esperanza y oportunidades.
Jeisson Riascos / Murcy Fotografia
Talento Chocoano