
Desde que terminó su bachillerato en Quibdó, Jimmy siempre tuvo la idea de que para capacitarse y ser el mejor debía dejar su tierra y su familia, pero simultáneamente en su interior también tenía más que claro que después de prepararse y aprender tenía que regresar a casa, pero esta vez como maestro enseñarle a su gente todo lo aprendido.
Con esa filosofía de vida se hizo ingeniero de sistemas en la universidad Libre de Bogotá y no tardó mucho encontrar trabajo en Medellín en donde siguiendo los pasos de sus padres, tíos y abuelos se convirtió en profesor. Allí comprobó que los niños de todas las clases sociales podían acceder a la robótica como alternativa de educación.

Con la maleta llena de experiencias en el 2015 regresó a Quibdó, pero fue imposible convencer a sus dirigentes sobre la necesidad de enseñarle a los niños de los colegios públicos cómo se hace un robot, así que les echó mano a sus ahorros y creó la escuela de Robótica del Chocó. Desde el comienzo advirtió que, por cada 10 niños inscritos, uno, proveniente de los barrios más pobres tendría allí gratuitamente educación.
Dos días a la semana su escuela del barrio “Pandeyuca” recibe a 40 niños que ya han participado en 3 torneos nacionales en Bogotá y Medellín donde ganaron un cupo para representar al país en el mundial de China. Cuando se le pregunta a Jimmy qué es lo primero que le enseña a construir a los niños, responde sin vacilación: “confianza en sí mismos, porque aquí vencen los miedos y descubren que todo lo pueden lograr y hacer”.