Talento Chocoano

Jóvenes de Unguía ganaron concurso de robótica en la primera Feria de la Ciencia en el Sena regional Quibdó

A inicios del mes de marzo de 2021, gracias a la gestión de Maryen García Machado y nuestro propósito como fundación de llevar oportunidades a los jóvenes del Chocó, iniciamos en CASA DE COLORES el primer Taller de Robótica. Durante 8 meses nuestros jóvenes asistieron cumplidamente a sus clases virtuales, guiadas por el profesor Javier Palacios, quien poco a poco fue infundiendo en ellos el interés por las nuevas tecnologías.

Era emocionante ver como cada día llegaban con mas ganas a conectarse a sus encuentros virtuales y descubrir qué es lo que sus manos y su mente podían crear.

Este espacio se convirtió y esperamos que así siga siendo, en una oportunidad para redescubrir nuevas capacidades, crear, indagar y lo mejor compartir con otros jóvenes con el mismo interés de progresar y salir adelante.

Como retribución a ese esfuerzo y a su buen desempeño en el curso, fuimos invitados por el SENA regional Chocó, a la 1era Feria CON-CIENCIA CHOCÓ 4.0 de la Tecnoacademia Itinerante. Un escenario para divulgar diferentes proyectos de ciencia, tecnología e innovación desarrollados por todos los aprendices formados, participar en retos experienciales y dar a conocer resultados de investigación de sus proyectos y los conocimientos adquiridos a través de la las líneas de formación en Robótica y Biotecnología.

Siete jóvenes fueron los elegidos para ir a representar a la Fundación Color y Esperanza y al pueblo de Unguía en este encuentro que contaría con invitados de Istmina, Condoto y Quibdó. Pero llegar allí era un reto, ya que la Fundación no contaba con el músculo financiero para llevarlos a todos, entonces había que diseñar una estrategia para lograrlo, una campaña flash para recoger los más de 8 millones que costaba todo el viaje: mover las redes sociales, tocar la puerta de algunas organizaciones, contactar a los amigos, vender ensaladas de frutas, entre otras actividades, que  finalmente hicieron que el sueño fuera posible.

Mientras esto ocurría había que preparar el proyecto, primero, identificar una problemática del territorio y luego proponer una solución aplicando ciencia, tecnología e innovación en un prototipo a mínima escala, para que pueda ser impulsado y patrocinado a mayor escala y poder replicarlo en otros municipios del Chocó

Ahora sí, manos a la obra, reunirnos para dar vida a nuestro proyecto: un molino hidráulico. Este generará energía eléctrica a pueblos, comunidades y veredas de difícil acceso, que no cuentan con sistema eléctrico para conservar sus alimentos, tener acceso a comunicaciones, darse cuenta de lo que pasa en el mundo. Además, es un proyecto muy limpio que genera energía renovable, nada tóxico para la población, todos los materiales utilizados fueron reciclados: icopor, madera, cables, bocina vieja, luces led, motor de 12v, luces de mechera, cartón, pintura, piedras, aserrín, etc.

Con el proyecto listo y casi todo el dinero recaudado iniciamos el viaje hacia Quibdó, esta travesía comienza saliendo en panga desde Unguía a Turbo, mas o menos 2 horas de viaje, luego en Turbo una Vans nos llevó hacia Apartadó, allí pasamos una noche, al otro día y por primera vez para muchos, nos montamos en un avión para llegar primero a Medellín a hacer escala para volar luego hacia Quibdó. En este punto ya había muchas cosas por contar, las risas, la complicidad, la emoción, los nervios.

 

Llegamos a Quibdó y tuvimos un gran recibimiento, queríamos que nuestros chicos vivieran la mejor experiencia, que se sintieran amados y admirados por lo que habían logrado, y así fue.

 

Al día siguiente estábamos listos para ir a la Feria, nos encontramos con personas que queremos mucho y que han creído mucho en el propósito de nuestra Fundación. Conocimos personalmente al profesor Javier Palacios, a Maryen, a nuestro gran amigo El Murcy y a muchos jóvenes con las mismas ganas de aprender.

Ese día disfrutamos de toda la feria, recorrimos los demás proyectos, expusimos con gran emoción y sentimiento el nuestro, recibiendo comentarios bastante positivos e ideas para materializarlo a gran escala. Participamos en el concurso de robótica y nuestro robot quedo en el primer lugar por su velocidad y capacidad de reacción.

Fue una experiencia muy significativa para los jóvenes y para la Fundación, el ver como se van construyendo los sueños día a día, paso a paso, que abrir las puertas si es posible, que encontrar oportunidades no es un trabajo fácil, pero se puede lograr, con disciplina y determinación, que la educación nos permite proyectar nuestras metas mas allá de lo que creemos y encontrar personas que nos impulsen a continuar el camino por difícil que sea.