Talento Chocoano

¿Quién necesita una partera en pleno siglo XXI?

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La líder chocoana Rosmilda Quiñones acaba de proponer una iniciativa para convertir su oficio en patrimonio cultural nacional. SEMANA habló con ella.

Semana: Hoy mucha gente podría preguntarse, ¿para qué una partera?
Rosmilda Quiñones: Se requieren para rescatar la medicina ancestral. Además, estamos donde el Estado no llega.

Semana: ¿Cuántas de ustedes hay en Colombia?

R. Q.: Somos unas 2.000. Además, tenemos muchísimas jóvenes interesadas en seguir la tradición, en Chocó, Valle, Cauca y Nariño.

Semana: ¿Y ustedes viven de lo que hacen?

R. Q.: Esto nos da ingresos, pero para subsistir cada una tiene diferentes trabajos. Esto es así porque la partería no tiene precio. Vivimos de un: ‘muchas gracias, Dios le pague’. Este es un trabajo del corazón.

Semana: ¿Si no les pagan, qué obtienen a cambio?

R. Q.: Debo decir que hay muchas familias acomodadas que sí nos reconocen nuestra labor. Yo he atendido partos en Cali y Bogotá, donde me han pagado hasta 1 millón de pesos, más transporte y estadía. Pero por lo general ganamos 10.000 o 20.000 pesos.

Semana: ¿Qué otros servicios prestan?

R. Q.: Ayudamos a las embarazadas en el parto y el posparto, durante el descanso de los 40 días y con el cuidado del ombligo.

Semana: Explique cómo se lleva a cabo un proceso de partería.

R. Q.: Es un proceso de humanización, donde la partera soba la barriga de la mamá y le habla para que se sienta feliz y no tenga dolor. El uso de plantas medicinales es crucial. Y apenas nace el niño, le damos una bebida a la mujer para que limpie los residuos, le ponemos el bebé en el pecho y cortamos el cordón umbilical.

Semana: ¿Desde hace cuánto se practica en Colombia?

R. Q.: Desde la creación del mundo. No tiene una fecha exacta de inicio y mucho menos de vencimiento.

Semana: ¿Por qué quieren que sea patrimonio cultural?

R. Q.: Hay un interés muy grande por parte de la ministra de Cultura de preservar esta tradición. Y no tenemos miedo de que desaparezca. Lo que queremos es que sea una profesión reconocida. No queremos reemplazar el sistema de salud, ni mucho menos. Solo queremos que nos reconozcan y nos incluyan en él.

Semana: ¿Cómo transmiten ustedes el conocimiento?

R. Q.: Mediante tradición oral, ya que las parteras más antiguas nunca aprendieron a leer ni a escribir.

Semana: Usted ha traído al mundo a cientos de niños pobres. ¿No le da tristeza?

Claro que sí. Es muy triste ver niños que al nacer ni siquiera tienen una sábana, o que haya que cortarles el cordón umbilical con una cuchilla. Pero yo les enseño a las madres que se puede ser trabajadora, que no hay que rendirse fácilmente y que deben hacer lo que sea por sus hijos.

Fuente: Semana.com